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F1: Alpine vuelve a Interlagos buscando otra señal del cielo

En 2024, un 2-3 bajo la lluvia con Esteban Ocon y Pierre Gasly salvó al equipo. Hoy, con 20 puntos y el auto más lento del lote, Gasly y Franco Colapinto rezan por otra ayuda divina.

F1: Alpine vuelve a Interlagos buscando otra señal del cielo

El equipo Alpine ya vivió un milagro en Interlagos, donde la Fórmula 1 se presenta este fin de semana para disputar la edición 2025 del Gran Premio de San Pablo. Lo raro es que haya pasado apenas hace un año y hoy alcanzar un podio para Pierre Gasly o Franco Colapinto parezca ciencia ficción.

En noviembre de 2024, bajo esa lluvia brasileña que pone en evidencia a los que saben correr de verdad, el equipo francés salió del pozo: Esteban Ocon fue segundo, Pierre Gasly tercero, y con esos 35 puntos hechos en un solo domingo (más lo del sprint) el equipo saltó del último lugar de la Copa de Constructores, donde estaba noveno con 14 unidades, hasta un inesperado sexto puesto con 49. Después cerró la temporada 2024 con 65 puntos. Fue, literalmente, la tarde en la que Alpine recordó que era una escudería de F.1 y no un participante decorativo.

EL DOMINGO QUE LO CAMBIÓ TODO

franco colapinto brasil 2024

 

Aquel Gran Premio de San Pablo 2024 tuvo todos los condimentos que igualan a la Fórmula 1: lluvia intermitente, pista nueva y traicionera, banderas rojas que barajaron de nuevo, decisiones estratégicas que obligaban a elegir entre entrar a boxes o quedarse afuera rezando. Alpine eligió bien. Ocon, que había clasificado cuarto en una sesión marcada por los accidentes y los horarios cambiados, se quedó en pista cuando George Russell (Mercedes) y Lando Norris (McLaren) pararon. Gasly hizo lo mismo. Irónicamente, el accidente de Colapinto (Williams) llegó como regalo del cielo para los dos franceses.

Después, sí, la realidad volvió cuando Max Verstappen (Red Bull) se sacó de encima a Ocon como quien esquiva un charco, pero la hazaña ya estaba hecha: 2-3 para Alpine con su dupla francesa y un salto de 14 a 49 puntos en el campeonato. “No sé si sueño o si esto es real, pero siento olor a champagne, así que debe ser real”, dijo Ocon en el corralito. Gasly, emocionado, recordó hasta las carreras de karting en invierno en Normandía. Incluso Flavio Briatore, que ya orbitaba el proyecto, lo bajó a la tierra: “Este podio nos vale 30 millones de euros”, afirmó entonces.

Ese resultado fue tan grande que escondió algo: Alpine no había fabricado de golpe un auto ganador. Había aprovechado una situación caótica mejor que los demás. El A524 de 2024 estaba un poco más equilibrada por las últimas evoluciones y el equipo había mostrado señales en Austin y México, pero seguía siendo una estructura que necesitaba días raros para brillar. Interlagos, con lluvia, con decisiones rápidas, con pilotos finos en agua, fue el escenario perfecto.

UN AÑO DESPUÉS, OTRO MUNDO

qué pasó en el gran premio de San Pablo de 2024

Llega noviembre de 2025. Misma carrera, mismo circuito, mismas tribunas pintadas de banderas argentinas por la presencia de Franco… pero un equipo completamente distinto. Alpine llega a San Pablo 2025 otra vez en el fondo, pero esta vez sin red y sin relato épico que lo sostenga: último en el Mundial de Constructores, décimo, con 20 puntos. Y con un estigma que duele más que la posición: se mantiene como el “peor mejor equipo” de la historia de la categoría por esa veintena de puntos, más que cualquier otro que haya cerrado la tabla.

En 2024, el equipo podía vender la foto amable: dos franceses en el podio en Brasil, primera vez desde Oliver Panis Jean Alesi en 1997, el recuerdo compartido de los inviernos en karting, incluso el reconocimiento de Verstappen (“los que eran buenos en lluvia en karting, lo son hoy”, dijo el neerlandés entonces). Había un arco narrativo.

En 2025 ese arco se rompió. La salida de Esteban Ocon, los cambios de jefatura deportiva y la llegada de Franco Colapinto –que desembarcó en Alpine después del rebote de Williams y del juego interno de Briatore para ponerle presión a todos– generaron otra escena: dos pilotos que pelean para no quedar últimos. Gasly lucha por mantener su estatus de piloto número 1. Colapinto por demostrar que no está ahí sólo por la ola de sponsors argentinos…

Esa “batalla triste” que hoy se ve en Alpine 2025 tiene una raíz: el auto. El A525 nació pesado, con una ventana de funcionamiento ridícula y con una aerodinámica que, según fuentes cercanas al equipo consultadas durante el año, no tolera la mínima variación de altura ni de temperatura. Eso obliga a los pilotos a correr con la calculadora, no con el instinto. La consecuencia es la que vemos: si no pasa nada raro, no hay puntos. Y si no hay puntos, la pelea se vuelve interna.

POR QUÉ HOY SERÍA CASI IMPOSIBLE REPETIR 2024

qué pasó en el gran premio de San Pablo

Hay una frase dura pero realista que se escucha en el paddock cada vez que Alpine llega a un circuito como Interlagos en 2025: “Para que sumen, tiene que llover… y que pase algo más”. Ese “algo más” puede ser un safety car en el momento justo, una bandera roja que congele posiciones o un error estratégico masivo de los equipos. Eso, exactamente, fue lo que pasó en 2024. Pero las chances de que el mismo combo meteorológico y deportivo se repita un año después son mínimas.

Además, el 2025 los encuentra en peor forma estratégica. En 2024, Oliver Oakes pudo decir con razón que Alpine había priorizado posición de pista porque era casi imposible adelantar y porque el radar anunciaba lluvia. Lo explicó así: “Priorizar la pista fue la clave”, señaló entonces. En 2025, con los problemas de organización, los cambios en la dirección técnica y con un equipo que, increíblemente, todavía se está acomodando, Alpine deja la sensación de que no está listo ni para aprovechar los regalos.

qué dijo franco colapinto

 

Hay otro punto: en 2024 la zona media estaba más apretada. Visa Cash RB, Haas y hasta Sauber tenían días malos con más frecuencia y entonces un resultado monstruoso como el 2-3 de Ocon y Gasly te catapultaba en el campeonato. Hoy, con todo el parque más consistentes hay menos puntos sueltos en el camino.

Colapinto, hoy el único del circo que todavía no sumó, en 2024 estaba del otro lado: era el debutante que había sorprendido con Williams y hasta habilitó conversaciones entre Daniel Scioli y la F.1 para que la Máxima volviera a la Argentina. Ahora vive el reverso: es él quien más necesita que Interlagos vuelva a ser un caos. Eso sí, que se dé o no esa locura de carrera no es condición para que el equipo lo confirme como titular en 2026.

En 2024 la lluvia fue aliada, la suerte un cómplice y el cielo se abrió justo a tiempo. Un año después, todo eso parece lejano. El auto no responde, los pilotos se consumen en su propia pelea y el milagro ya no asoma en el radar. Pero Alpine sigue esperando. Porque cuando todo falla, todavía se puede creer.

Fuente: Automundo

Automundo

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