Siguiendo su estrategia de "descarbonización y compromiso con la sostenibilidad", el Grupo Stellantis acaba de inaugurar su primer Centro Circular de Desmontaje de Vehículos de la región, y el segundo que tienen en el mundo.
Con la nueva planta industrial, Stellantis pretende desmantelar vehículos dañados o fuera de uso, permitiendo desarmar hasta 8.000 unidades al año.
El centro está enfocado en el reciclaje automotriz y la reutilización de piezas, con el fin de alargar la vida útil de los componentes, además de reducir el impacto ambiental: Stellantis calcula que podría evitar la emisión de alrededor de 30.000 toneladas de CO₂ anuales.
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El Grupo comprará vehículos dañados, dados de baja o que hayan llegado al fin de su vida útil en subastas, y los llevará a su planta para hacerlos pasar por lo que Stellantis define como “un proceso de desarmado estructurado y regulado, que garantiza la eliminación ambientalmente correcta de piezas y materiales”.
Cada vehículo está vinculado a una tarjeta de desmontaje, que es emitida por un proveedor autorizado, e incluye hasta 49 artículos e información sobre el vehículo, quién realizó el desguace, y el origen de la pieza. Además, Stellantis afirma que a la vez utilizan su propio sistema de codificación y control de calidad.
Ni bien llega a la planta, el vehículo pasa por un área de descontaminación, que elimina los fluidos, para luego pasar a la línea de desmontaje, donde los técnicos evalúan el estado del vehículo.
Las piezas aptas para reutilización se separan dependiendo de si se pueden instalar nuevamente o si necesitan arreglos. Luego, las piezas son limpiadas con productos biodegradables y reciben una identificación individual con clasificación, valor de mercado y etiqueta de seguimiento.
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