
Muchos años antes de que el Mercedes-Benz G63 AMG 6x6 deslumbrara el mundo con su propuesta todoterreno con seis ruedas, ya había existido un vehículo con características similares que debutó durante el SEMA Show de 1997. Nos referimos a la Dodge Ram T-Rex Concept, uno de esos prototipos extremos que marcaron época, pero nunca pasaron de la fase experimental.
Basado en una Ram 3500 de cabina regular, este concept fue creado para ser el máximo depredador del todoterreno con una fórmula simple: más potencia, más tracción, más ruedas y más rudeza.
Esta T-Rex contaba con un motor Magnum V10 de 8.0 litros, el mismo que se utilizaba en las versiones pesadas de la Ram 2500 y 3500 de los años noventa, pero con ajustes para alcanzar cerca de 497 CV y 804 Nm de torque. Esta potencia se gestionaba a través de una transmisión automática de cuatro velocidades y un sistema de tracción 6x6 con dos ejes traseros individuales y dos cajas de transferencia.
A diferencia de las tradicionales “duallies” de doble rueda por lado, este diseño reducía el ancho total del vehículo, mejoraba la maniobrabilidad y optimizaba el agarre en caminos complicados.
A pesar de lo radical de su propuesta, esta Ram T-Rex nunca fue contemplada seriamente para producción. Uno de los puntos más cuestionados era su probable consumo de combustible a causa de contar con dos ruedas más y una aerodinámica aún más comprometida.
Aunque quedó en el olvido, la T-Rex encontró un lugar en la cultura popular gracias a los videojuegos Test Drive Off-Road 3 y Test Drive: Off-Road Wide Open, donde se podía desbloquear como vehículo especial. El nombre T-Rex comparte una conexión fonética con la Ram TRX y se debe a que ambos evocan al rey de los dinosaurios.